miércoles, 25 de abril de 2007

Textos para el debate: "La Universidad como Empresa "

Nada de extraño tiene que haya, en cada Universidad, dos ámbitos diferentes: uno, el de los profesores, los alumnos, las clases, los laboratorios y las tutorías; otro, el de las autoridades educativas y académicas y la "política universitaria". Pero es notorio que las autoridades y su política se distancian tanto de la realidad diaria de la enseñanza y la investigación que vienen a existir dos Universidades: por un lado, aquélla en la que se enseña, se aprende y se investiga; por otro lado, la institución promotora de "estrategias", proyectos, reglamentos, organismos y comisiones, reformas estructurales, cursos de verano, convenios, relaciones institucionales, etc.

Los sectores neoliberales, mayoritarios en los órganos de poder, están desarrollando una estrategia relativamente compleja para solventar el problema de la universidad en concordancia con los intereses del capitalismo cognitivo y financiero. En la terminología de Lyotard, forzando la performatividad del sistema social de modo que la educación se adecue a aquél como un subsistema. Según esa lógica la única universidad que podrá pervivir será una institución adaptada a los retos de la sociedad (capitalista) de la información y la comunicación, que impone la subordinación de las instituciones de enseñanza superior a los poderes...

En esta reforma hay dos aspectos que llaman elocuentemente a la razón: El primero de esos aspectos es su sorprendente celeridad: todas las reformas se implantarán a lo largo de los próximos cuatro o cinco años. El segundo es la profundidad de estas reformas: nadie duda de que este nuevo modelo de universidad será muy diferente del actual. ¿Para qué?

La universidad es tratada como una empresa.

Por consiguiente el que una universidad pueda ser tratada como una empresa implica que la universidad obtiene un producto al que colocar en el mercado.

Pues bien, ¿cuál es este producto?, ¿qué es lo que venden las Universidades?, y ¿a quién se lo venden, quiénes son los potenciales compradores? Al antiguo Rector de la Universidad Complutense de Madrid, D. Rafael Puyol le cabe el mérito de haberlo expresado de un modo meridianamente claro: (hay) que acercar la Universidad a una concepción de empresa productora del capital humano demandado por los mercados”.

Hablan de menor coste ¿coste cero?

Hablar de menor coste significa que, como en cualquier otra empresa, los gastos generales en mantenimiento de las infraestructuras, pago del personal, innovaciones, etc. deberán considerarse bajo el ángulo de costes a disminuir o a rentabilizar. En lo concreto eso significa solamente y especialmente una restricción en los gastos generales compra de libros, mantenimiento de los laboratorios, gastos de teléfono, fax, etc. y una merma en los salarios o en las condiciones laborales de los empleados.

En este punto la universidad se comporta como una empresa pobre que reparte recursos escasos y escatima en los sueldos y en las condiciones de trabajo de sus empleados menos favorecidos, drenando hacia arriba mayor cantidad de recursos y reservando para las capas directivas los escasos privilegios.

La institución universitaria, a pesar de sus formas de elección interna de los cargos directivos, es fuertemente jerárquica y los privilegios se condensan en la parte superior de la jerarquía posibilitando a los mejor situados claros privilegios frente a los demás. Al mismo tiempo las disfunciones se acumulan en la base de la pirámide de tal modo que los contratados en peores condiciones, los asociados, becarios etc. cargan con la mayoría de los problemas: más horas de clase, horarios peores, cursos que los profesores mejor situados no quieren o desdeñan, peores sueldos, condiciones precarias, menos posibilidades de investigación, etc. Como consecuencia de su situación sus reivindicaciones se centran en la exigencia de estabilidad y mejores condiciones, pero tenemos la certeza que cualquier transformación de envergadura en la institución como la remodelación de los estudios o el recorte en los presupuestos puede suponer el despido. La precariedad de los profesores contratados, asociados, etc. no tiene nada que envidiar a la de muchos empleados en cualquier otra rama profesional.

Proponemos:

1. Recuperar la prestación en régimen público de los siguientes servicios. Residencia universitaria, cafetería, copistería, limpieza.

2. Mantenimiento de los mismos empleados en sus puestos de trabajo.

3. Revocación de los convenios de la UCA con: BSCH, Delhi y demás empresas benéficas.

4.Estabilizar en los empleos a profesores contratados, becarios y demás empleados.

5. Atención especial a las condiciones económicas de profesores contratados, becarios y demás empleados.


2 comentarios:

XX dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
XX dijo...

Nuestra sociedad está viviendo cambios a ritmos desenfrenado, y la educación no va a permanecer a expensas de cambio. Los alumnos actuales no son los mismos de hace a penas 10 años, por eso ahora lo que se pretende es que el estudiante “aprenda a aprender” en esta sociedad saturada de información, que sea crítico. Para ello, el profesor adquiere el rol de “tutor y apoyo didáctico”, para lo cual el necesita un reciclaje para el cual tendrá el apoyo y asesoramiento del (psico)pedagogo.

La figura del docente cambia, puesto que el alumnado ha cambiado. Pero debemos diferenciar entre docencia primaria y secundaría, que son obligatorias, y la universitaria o de formación profesional, las cuales son voluntarias. Con la EGB el educando estaba en las aulas hasta los 14 años y tenía mayores libertades para optar por trabajar en lugar de estudiar. Con la enseñanza obligatoria hasta los 16 años el docente se encuentra en un aula con jóvenes que no desean estar ahí. Se debe adaptar pues el método de enseñanza a la nueva situación.

En cambio, el docente es el mismo de hace 15 años y esto lleva a una desfiguración como consecuencia de su tarea real y su tarea teórica (profesor como “consejero”, “motivador”, “orientador” o aun “compañero” o “colega”). Otro aspecto a destacar es que hemos pasado de un sistema de enseñanza que instruía, a uno que educa.

Pero esto no es la educación obligatoria, es la UNIVERSIDAD, y si nos remontamos a su historia, no hay mayor aprendizaje genuinamente estimativo que el que puede recibir un estudiante o aprendiz de un verdadero maestro.

El nuevo plan de universidades que nos trae la LOU intenta ampliar esta etapa infantil y abligatoria a la universidad, intenta implementar un modelo de comportamiento a personas ya “adultas”. Lo que es peor, la universidad no es obligatoria y por tanto está financiada sólo en parte por el Estado.